martes, 12 de enero de 2010

RESUMEN " EL ESPIRITU ETERNO"

Erich Kennen, oficial nazi alemán afincado en Paris, mantiene en secreto el descubrimiento de unos manuscritos antiquísimos e intenta saber cuál es el enigma que esconden. Es tras una de las salidas de la basílica Sacre Coeur, en Montmartre, donde se reúne con unos traductores; cuando el oficial se encuentra por primera vez con una misteriosa y atractiva joven que despierta su curiosidad, decidiendo hacer que la investiguen más a fondo. Se trata de Marina Mun de Salcedo, pianista reconocida; traslada a cuantos la escuchan tocar a otro mundo, crea un atmosfera irresistible que atrapa con un música y su haz de luz. Huyó de la guerra de España y se refugió en Francia. Mujer culta, a la que la guerra de su país le arrebató a cuantos ella quería, ya fueran por ser fusilados como fue el caso de sus padres, de su buen amigo Federico o de su gran amor Bob, o por el exilio que sufrieron muchos otros. De físico atractivo con rasgos armoniosos y un carácter desafiante, la apodan el espíritu eterno. Se ve envuelta a menudo por los recuerdos de su tierra, Málaga, de sus paisajes, pero también de sus seres queridos que ya no se encuentran a su lado.
Erich Kennen, un no tan joven militar apuesto aunque estricto nazi, cuadriculado y recto parece estar dejando a un lado sus problemas militares por una joven que ni si quiera conoce. Françoise, ayudante y consejero del militar, aunque enamorado de éste, va a propiciar un encuentro con la joven, pensando que así descubrirá que no es más que una atracción física lo que siente hacia ella.
Nuevos descubrimientos, son aportados a cerca de los manuscritos. De los seis rollos que los componen, el manuscrito I, corresponde al Génesis según Mª Magdalena, donde se habla de la primera mujer de la creación, antes de Eva, Lilith; el segundo de ellos corresponde a la Batalla de las Navas de Tolosa, donde se narra como una mujer de cabellos rojizos paseaba por el campo de batalla, salvando a unos y llevándose a la muerte a otros; el tercero de los rollos, corresponde a Leonardo Da Vinci, quien gracias a una mujer que se le aparecía en sueños dio con el paradero de los dos primeros manuscritos.
Caminado hacia uno de sus conciertos, Marina espléndida como siempre, será ayudada por primera vez, aunque ella no lo sabe; por el oficial Kennen, tras un encontronazo con unos militares nazis. Erich hace lo posible por propiciar un encuentro en la fiesta tras el concierto, aunque no consigue la menor atención por parte de Marina. Al regreso de la joven a su casa, Kennen la espera escondido, se siente frustrado y cabreado tras la ignorancia de la joven que tras un forcejeo acaba abusando de ella; al intentar escapar, Marina resbala golpeándose la cabeza y quedando inconsciente. Por lo que es llevada a la casa de Kennen, donde despierta aturdida y dolorida. Consigue escapar de la mansión, aunque de nuevo es llevada de regreso.
Marina desconcertada, mezcla realidad e imaginación, creyendo ver a su madre, lo que le arma de fuerzas para clavarle un abrecartas a Kennen e intentar huir nuevamente, aunque sin saber por qué, acto seguido después intentar asesinarlo, le salva la vida gracias a sus conocimientos de enfermería. Nadie sospecha de ella tras acudir al lugar y ver que intenta salvarle la vida al recién nombrado comandante, tras el revuelo formado, Marina huye de la casa con total normalidad. Regresando a su apartamento y posteriormente a casa de su gran amiga Deray, para comunicarle que vuelve a Málaga.
La joven es apresada de nuevo, pero ahora por el Mariscal Keitel, quien siente cierta atracción por ella, pretende interrogarla para sacarle información a cerca de Kennen y divertirse ya de paso a costa de la joven, pero Marina aunque presente de cuerpo, su mente no está allí tras todo los sucedido. Será de nuevo Kennen quien la ayude a escapar de allí, pero esta vez deja que se vaya libremente, ya que su gran amiga Deray la necesita tras la muerte de su hijo menor.
Es en honor a su amiga, a su hijo fallecido y a ella misma, por lo que decide dar un último concierto de despedida antes de marchar a su tierra, en un teatro abandonado, y aunque los militares tienen la entrada prohibida de civiles al lugar. Marina celebra el concierto. Pero durante éste los militares irrumpen en el lugar disparando a doquier, hiriendo y matando a su amiga Deray. Marina ya no puede más, todos a cuantos quiere mueren, pero tiene que huir, y así lo hace por las calles de Paris. Sin darse cuenta llega hasta la entrada cerrada de la basílica de Sacre Coeur, donde sin razón lógica se produce una explosión quedando la puerta derrumbada. Sin saber cómo, Kennen se encuentra de nuevo allí, donde ella lo necesita, él le tiende la mano y ella acepta su ayuda. Paradójicamente el mismo hombre al que temía tanto, se había convertido en su guardián. Marina y ahora su inseparable amigo perruno, Pancho, encontrado hacia poco tiempo atrás, pero que parecen conocerse desde toda la vida, regresan de nuevo a la mansión de Kennen, ahora como invitados. La joven se siente agusto, a salvo en esa casa en la que un día fue prisionera.
Marina y Kennen tienen cada vez un mayor acercamiento, ambos se reúne en la biblioteca de la casa, donde Kennen sabe que ella se siente mejor. La joven no ha olvidado lo que ese hombre le hizo, aunque se siente relajada no está confiada. Ella se siente confusa, ante todo lo sucedido, ese hombre que para ella era el demonio, parece tenerle ahora respeto. Y ella sabe que necesita de él para sobrevivir.
Kennen pretende hacer partícipe a Marina de la investigación tras haber comprobado los conocimientos que la joven tiene respecto a ciertos temas relacionados, pero más que todo, es por esa intuición del militar que cree que esa mujer de la que hablan los manuscritos, Lilith guarda alguna relación con Marina. En una de sus conversaciones sobre los manuscritos, Marina explica a Erich, quien es Lilith, esa mujer que Dios creó a su imagen y semejanza, la primera mujer antes de Eva, que al no querer someterse ni a Dios ni a Adán, fue expulsada del paraíso, convirtiéndose en lo que hoy conocemos como el Ángel caído, la causante la muerte pero también de la vida.
El comandante Kennen ha sido acusado de traición contra Hitler, por lo que deben huir de la casa. El militar, la joven y el perro permanecen escondidos de los soldados nazis en la casa de un amigo de Marina. Kennen está enamorado de la joven, la desea y desea tenerla de nuevo, pero esta vez Marina no se opone, ella lo desea también.
Siguiendo el plan establecido por Erich, para circunstancias como en las que ahora se ven inmersa, finalmente se encuentran con los traductores que le hacen entrega de los manuscritos y de nuevo se esconden. Kennen está convencido de que Marina es Lilith, esa mujer que ha vagado por el mundo, de la que todos hablan en los manuscritos, la causante de la muerte pero también de la vida, ya que la energía ni se crea ni se destruye, sino que pasa de unas personas a otras. Es el principio y el fin de la existencia. Marina se plantea la posibilidad de que eso sea cierto, ¿será por eso que todas las personas que la rodean mueren?
Pero ese hombre tan fuerte que ha afrontado grandes dificultades como militar nazi que es, se encuentra cada vez más enfermo, hasta que por fin y sabiéndose cerca de la muerte, Kennen muere junto a Marina, rodeado de un remolino de luz blanca cegadora, que parece llevárselo. Françoise, allí presente ve lo ocurrido, aterrado confirma las sospechas que tenían, ella es Lilith, la mujer de la que hablan los manuscritos, la culpable de la muerte y culpa también a ese perro que siempre la acompaña y que nunca lame a nadie pero, que cuando lo hace, ese alguien muere. Marina niega su culpabilidad, pero duda, de nuevo esa persona que empezaba a querer, muere; todos a quien quiere acaban muriendo. Ella parece ser inmune a la muerte.
Tras todo lo acontecido en ese último periodo de tiempo, Marina por fin vuelve a Málaga, a su tierra, y en una de esas ensoñaciones, se ve rodeada de todos sus seres queridos, de todos aquellos a quien quiso y quienes murieron.
Marina ya no se siente atormentada por los recuerdos del pasado, se siente libre del dolor, en paz.